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  • Andrés Julián Chiriboga Villacreces

El caballero blanco

Es algo raro de entender para mí, siempre ha estado presente en nuestras noches y siempre velaba nuestros sueños. Blanca y majestuosa en el cielo, a la vista de todos. Hoy día todos los habitantes de la tierra elevan su mirada en las noches despejadas, cuando se ven las estrellas con claridad, recordando aquel maravilloso y espectacular satélite blanco. Al igual que la gran mayoría de la población, no sabía el por qué había desaparecido.


Fue un 29 de febrero, el último día que pudimos apreciarla y dejarnos iluminar por el brillante reflejo de luz. El primero de marzo del año 2300, aquel satélite había sido destruido. Para aquel entonces la tierra se encontraba en una paz eterna, ya no existían disputas por absolutamente nada. Todos estaban juntos como una especie a la que debían salvar y proteger de las amenazas del universo. Recuerdo que días atrás, se había mencionado que un grupo de alienígenas se estaba aproximando a la tierra. Las grandes potencias mundiales poseían un armamento único en la existencia de la humanidad, armas tan letales que podrían hacer desaparecer al mundo por completo.


El planeta tierra era el único que poseía lo más valioso del universo, tras una política mundial, se logró conservar varias reservas de agua y por eso es que la humanidad logró sobrevivir por varios años más. Hoy todo está cambiando, la Luna, era el satélite que ha mantenido el equilibrio del agua por millones de años. Su destrucción fue el fin de aquel equilibrio, y ahora aquella sustancia tan valiosa para la raza humana, y no solo para nosotros, sino para todo el universo, está desapareciendo.


Aquella noche todos se encontraban observando la dulce y tranquila noche, con su caballero blanco, velando por el mundo. Las potencias mundiales habían preparado su arsenal de destrucción para combatir con los invasores. Cuando se apreció el primer ovni en la oscuridad, comenzó la primera guerra en el universo, el cual había mantenido la calma por más años de lo que uno pueda mencionar. El coronel Khalipa se encontraba esa noche dando una conferencia en vivo a la humanidad.


-Todos deben mantener la calma, nosotros estamos listos para destruir a cualquier ser que quiera entrar a la atmósfera. Dijo de una manera insegura, de su rostro caían varias gotas de sudor, y sus manos intranquilas, hacían entender que todo estaba mal. El reportero notó su miedo y decidió hacer las últimas preguntas para acabar la conferencia, -¿Quiénes son aquellos seres? ¿Es el fin de la humanidad?


Entre risas falsas, y una mirada inquieta, se mostraba su duda sobre lo último que el reportero pregunto, -la vida en la tierra va a continuar, no es algo que nosotros no podamos detener. Se levantó lentamente y se dirigió a la salida, en eso detuvo su paso y regreso la mirada a las cámaras, -no se preocupen y regresen todos a sus casas, esta noche deben están con sus familias.


Al momento en que se marcaban las doce de la noche, todos ya se encontraban en sus casas en familia; en ese preciso momento comenzó la guerra, nadie podía ver lo que estaba pasando en los cielos, solo se escuchaban los misiles que volaban por todas partes. Un último sonido ensordeció el planeta, la oscuridad tomó lugar en todos los rincones del mundo, y la tranquilidad se apodero de la humanidad.


A la mañana siguiente nadie sabía lo que había pasado en aquella guerra, fue en ese momento cuando decidí ver las últimas noticias. Nuevamente el coronel Khalipa decidió dirigirse a la población mundial, esta vez ya no se mostraba intranquilo, más parecía estar desmotivado. –Me dirijo nuevamente a ustedes para informarles que todo acabo, los invasores ya no están en nuestra zona. Guardó silencio por algunos segundos y una pequeña lágrima rodo por sus mejillas y cayó a la mesa donde se encontraba el micrófono. – ¿Qué sucedió coronel?- le preguntó el mismo reportero, - ¿Por qué se muestra desmotivado, si hemos ganado la guerra?- mientras secaba las lágrimas de sus ojos, se acercó al micrófono y dijo en un tono suave, -Tiene mucha razón, hemos salido victoriosos y la humanidad puede seguir adelante con sus vidas. La verdad es que hemos perdido a nuestro caballero blanco- todos los presentes guardaron silencio, -¿El caballero blanco?- el coronel tomo un trago de agua y nuevamente se dirigió a las cámaras, -Así es, nuestro caballero blanco, aquel que nos ha acompañado por millones de años ha desaparecido, nuestra majestuosa Luna, fue destruida por un misil que no llego a su objetivo.


Salí corriendo a ver el cielo, al igual que todos los habitantes de la tierra, ya eran cerca de las siete de la noche, no había absolutamente nada en aquella oscura noche, solo se podía apreciar las estrellas, distantes que no protegían como lo hacía nuestro caballero blanco. No quería ni podía entender lo acontecido la noche anterior, es algo más duro que perder a un amigo o a un familiar, la Luna era la compañera infaltable de cada noche, y ahora simplemente se fue.


Las consecuencias de aquella situación eran desconocidas, pero en parte se sabía que la Luna era el guardián del agua, por eso motivo es que llevaba el nombre de caballero blanco. Ahora desapareció y el agua del mundo, la sustancia más importante y valiosa del mundo corre un gran peligro. La raza humana tiene sus días contados y ahora todo esta cambiando.

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